39 semanas de embarazo: ¡Duerme!

39 semanas de embarazo: ¡Duerme!

Aprovecha este tiempo para descansar y compartir momentos de intimidad con tu pareja. Largas caminatas suaves pueden prepararte mejor para el parto.

Legadas las 39 semanas de embarazo aprovecha este tiempo para descansar y compartir momentos de intimidad con tu pareja. Unas suaves y largas caminatas pueden ayudarte a disminuir el dolor de las contracciones, en pocas palabras, mejorar tus condiciones física para el parto.

Los signos del preparto pueden darse en cualquier momento. Algunas señales, son las siguientes:

La rotura de la bolsa de agua puede darse en forma brusca todo junto, o presentarse como una pérdida menor de líquido continuada.

Si al cabo de una hora las contracciones continúan con igual ritmo o son aún más frecuentes, sin duda debes llamar a tu médico ya que el parto es casi un hecho.

Recuerda que desde el inicio del parto hasta el nacimiento del bebé pueden transcurrir entre 8 y 12 horas.

Llama a tu obstetra si has roto bolsa, tienes fiebre o dolor abdominal, dolor de cabeza agudo o alteraciones en tu visión.

Tu cuerpo en las 39 semanas de embarazo.

Pueden estar pasando dos cosas: que te sientas cansada o llena de energía. Es posible que experimentes períodos de contracciones rítmicas que luego cesan. Es lo que comúnmente se denomina preparto. Tu cuello ha estado madurando para el parto, preparándose para dilatarse.

Tu bebé en las 39 semanas de embarazo.

El nacimiento puede suceder en cualquier momento y tu bebé ha aumentado algo más de peso pero tú probablemente muy poco o nada. Mide entre 49 y 51 cm y pesa alrededor de 3.400 gramos. El lanugo ya le ha desaparecido casi en su totalidad y el cuerpo de tu bebé está listo pronto para nacer.

Tratamos de ser lo más precisos posible, pero teniendo en cuenta que las tasas de crecimiento y desarrollo del embarazo son ocasionalmente diferentes en cada mujer, te recomendamos leer la semana de tu embarazo con un rango de una semana hacia adelante y una semana hacia atrás. Si tienes alguna duda adicional, consulta con tu médico.

¿Por qué se presenta la infección vaginal en el embarazo?

Durante los meses de gestación, se producen cambios en el pH vaginal. Por esta razón, los especialistas consideran que es la etapa más vulnerable para la proliferación de bacterias.

Durante los meses de gestación, se producen cambios en el pH de la mujer, por esta razón, los especialistas consideran que es la etapa más vulnerable para la proliferación de bacterias, es decir, de una infección vaginal en el embarazo.

El embarazo representa un período de cambios para toda mujer. Es una etapa en la que todo se modifica. Desde las variaciones más perceptibles como la ansiedad y el aumento de peso hasta alteraciones del organismo poco conocidas, como las infecciones vaginales.

El papel de las hormonas y la infección vaginal en el embarazo

Durante los 9 meses de gestación, el nivel de hormonas femeninas cambia y afecta directamente al pH del área genital. En lo cotidiano, el pH de la zona vulvar es ácido e inferior al de otras partes del cuerpo, y se sitúa en un rango de 3.8 a 4.2, con la finalidad de impedir el crecimiento de bacterias.

Durante el embarazo la futura mamá protagoniza diversos cambios hormonales que comprometen directamente la capa protectora ácida. De esta manera, la variación a un pH mayor a 4.2 puede alterar el equilibrio en detrimento de la flora habitual, lo que deja espacio a la proliferación de gérmenes patógenos. Por esta razón, los 9 meses de gestación representan una de las etapas más vulnerables de la mujer para adquirir infecciones del tracto ginecológico.

Cómo protegerse de una infección vaginal en el embarazo

Es necesario que toda mamá tome cuidados especiales para mantener su zona íntima limpia y protegida durante esta importante etapa de la vida.

Entre las principales recomendaciones se encuentran:

  • Usar ropa interior de algodón.
  • No utilizar ropa muy ajustada o de materiales sintéticos.
  • Lavar la ropa interior con jabón de barra y enjuague, sin dejar residuos.
  • Lavar la zona íntima con un jabón especial con pH ácido que limpie, hidrate y ayude a prevenir infecciones del área vulvoperineal.
  • No se recomienda utilizar desodorantes íntimos, talcos, aromatizantes ni sales de baño o burbujas.
  • Evitar traumatismos de la región genital como el rasurado, la depilación o fricción.
  • Si se observan cambios en el flujo vaginal, prurito, ardor o mal olor, no automedicarse y consultar al ginecólogo u obstetra.